Éstas de elaboración casera salen esponjosas y jugosas. Así que anímate y prueba a hacerlas tú mismo, incluso en familia, ya que los más pequeños de la casa se lo pasarán en grande moldeándolas a su gusto y transformando las tradicionales rosquillas en sus personajes favoritos de ficción.
INGREDIENTES
- 150 gr. Azúcar (8 cucharadas)
- La piel de 1 Limón (Sin la parte blanca)
- 50 ml. Aceite de oliva suave o Aceite de girasol (6 cucharadas)
- 50 ml. Leche (6 cucharadas)
- 30 ml. Licor de Anís (3 cucharadas)
- 2 Huevos
- 1 sobre de Levadura en polvo
- 500 gr. Harina de repostería
- 1 Pellizco de Sal
1) Comenzamos moliendo, en una batidora o picadora, el azúcar con la piel de limón. Ahora añadimos y batimos el aceite, la leche, el anís y las dos yemas de huevo. Bate las claras a punto de nieve en un bol a parte, esto hará que las rosquillas estén más esponjosas.
2) Ahora mezclamos todo suavemente en el bol con las claras de huevo, incorporamos la levadura, poco a poco la harina -más o menos 500 gr.- y un pellizco de sal. Vas mezclando, con movimientos envolventes, hasta conseguir que la masa tenga cuerpo y pueda manipularse. Entonces es el momento de comenzar a amasar sobre la encimera, rociada con un poco de harina para evitar la adherencia de la masa. Ten en cuenta que cuanto más tratemos la masa más esponjoso será el resultado final. Una vez bien amasada, dejamos reposar tapada unos 20 minutos.
3) Una vez transcurrido este tiempo llegó el momento de darle forma a nuestras rosquillas. Así que simplemente vuelve a amasar y ve cortando trozos con los que hacer un rollo largo de un dedo de grosor. De aquí saca porciones de unos 8 centímetros de largo, hazlos pelotitas y ahueca el centro con el dedo para ir creando tu rosquilla.
4) Una vez que las tengas todas pones el aceite a calentar a fuego medio. No debe estar excesivamente fuerte porque si no se harán por fuera pero no por dentro. Las vas friendo hasta que estén doraditas y entonces las sacas, las escurres bien para que lleven el menor aceite posible y las dejar reposar en un papel de cocina para que suelten el aceite que les quede. Espolvorea, con las rosquillas aún calientes, azúcar glas o introdúcelas -por ambas caras- en una taza con azúcar normal.
Saldrán entre 35 y 40 riquísimas rosquillas.
OBSERVACIONES
- Si no tienes azúcar glas puedes hacerla tú mismo. Visita nuestro artículo sobre Trucos que te facilitan la vida. También te sugerimos que sigas nuestros consejos sobre Cómo hacer frituras perfectas para que las rosquillas te salgan lo menos aceitosas posible.
- Y si te sobran rosquillas, no te preocupes. Congélalas y cuando las saques estarán como recién hechas.
Si te gustaron estas rosquillas, también puede que te cautiven nuestras Torrijas caseras o estas monas y exquisitas Mini rosquillas de Alcalá.