Las gambas son uno de los productos del mar más integrados y usados en nuestras cocinas. Y es que su presencia en el recetario español es más que evidente: gambas al ajillo, paella de marisco, salpicón, ensaladilla de gambas... En los últimos años los langostinos han comenzado a robarle terreno debido, fundamentalmente, a que los grandes supermercados lo han puesto tan baratos, tan grandes y, encima cocidos, que ha hecho casi imposible que no caigamos en la tentación de adquirir unos cuantos cada vez que vamos a hacer la compra.
Que en todos los hogares se pueda comer marisco está fenomenal, pero que platos DeTodaLaVida pierdan sabor y calidad por el uso de un producto alternativo, similar a la vista pero totalmente distinto en sabor, ya no está tan bien. En Cocina con Aníbal te explicamos algunas diferencias entre gambas y langostinos y en qué platos deberían ser insustituíbles nuestras gambas.
¿USO GAMBAS O LANGOSTINOS?
La gamba blanca y fresca de Huelva es una de las mejores, por no decir la mejor de España. Su sabor y textura es inconfundible e incomparable. Sus precios varían en función de la pesca que se realice y, evidentemente del tamaño. La mejor forma de degustarla es cocida o a la plancha, pues es donde mejor podemos apreciar su sabor. Aunque también es fundamental en platos donde es protagonista, como es el caso de las Gambas al ajillo o de una Ensaladilla de gambas.
Los langostinos suelen ser mas carnosos, pero más duros, y tener un precio bastante más económico. Están buenos cocidos o a la plancha, pero su sabor no puede compararse con el de las gambas. Es ideal para hacerlos fritos, como relleno o aderezados con salsa. Y es que al precio que está la gamba, utilizarla como relleno sería todo un desperdicio.
FRESCOS O CONGELADOS, CON O SIN CÁSCARA
- El tamaño de las gambas marca su precio. Así que ajústalo a tus necesidades si quieres ahorrar dinero. Para unas gambas al ajillo, por ejemplo, no hace falta que sean de gran tamaño, pero sí que utilicemos gambas, no langostinos. No digo que te vayan a quedar mal, porque estarán buenos, pero lo notarás muchísimo en el sabor y textura, pues las gambas son más jugosas, menos correosas y mucho más sabrosas.
- Si no encuentras gambas frescas o no 'puedes' pagarlas, una buena opción es decantarte por gambas congeladas. En la actualidad hay productos de excelente calidad a muy buen precio que si las descongelas bien, son espectaculares, casi como frescas. Pero eso sí, debes descongelarlas bien, siempre en el frigorífico antes que pierdan todo el hielo.
- Aunque sea mucho más cómodo comprar gambas peladas y más barato comprar esas que vienen sin cabeza, olvídate. Las gambas debes comprarlas con piel, más si vienen congeladas. El hielo suele llevarse todo su sabor y sin la protección de su cáscara queda la carne más correosa. La cabeza, por su parte, es fundamental, pues es donde tiene gran parte de su jugo y sabor.
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