Rellenamos unas empanadillas con espinacas y las bañamos con una jugosa crema de queso, del que más te guste, del que te sobre en el frigorífico. Verás que ricas y sabrosas salen.
INGREDIENTES
- 2 dientes de Ajo
- 250 gr. Espinacas frescas
- Aceite de oliva
- Sal
- 50 gr. Queso
- 60 ml. Nata líquida
- Masa fresca quebrada o para empanada (275 gr.)
- 1 Huevo
PREPARACIÓN
1) Comenzamos pelando y picando los ajos y lavando y cortando las espinacas. Echa aceite de oliva en una sartén y comienza a sofreír primero los ajos y seguidamente las espinacas. Sala y una vez sofritas las espinacas, aparta.
2) Mientras, ponemos en un cazo al fuego con el queso y la nata líquida. Espera a que se disuelva bien el queso, ayúdate de una cuchara de madera para reblandecerlo y/o mezclarlo bien con la nata si lo has rallado o es cremoso . Será entonces cuando lo añadamos a las espinacas.
Mezcla bien la salsa de queso y las espinacas y deja templar.
3) Bueno, pues una vez hecho el relleno toca meterle mano a la masa. Desempaqueta la masa quebrada. Desenróllala y dale un par de pasadas con un rodillo de cocina para extenderla uniformemente.
Ahora y ayudado de un aro o emplatador circular de unos 8-10 centímetros de diámetro cortas redondeles sobre la masa, ajustando al máximo para que nos salga el mayor número de empanadillas posible.
Une los recortes que han quedado entre círculo y círculo, lo haces una bola y la amasas con el rodillo, porque de ahí puede salirte casi con toda seguridad una oblea más de empanadilla. Si no tienes aro puedes valerte de cualquier otra cosa que te permita hacer cortes circulares.
4) Precalienta el horno a 200ºC y comienza a dar forma a las empanadillas. Vas cogiendo cada oblea de masa circular que hemos creado, rellenas el centro, la doblas por la mitad y la cierras enrolando los bordes. Conforme las vayas haciendo puedes ir colocándolas directamente sobre una bandeja de horno. Haz así con todas, bate un huevo, pinta cada empanada por la parte superior con la ayuda de una brocha de cocina y metes la bandeja en el horno hasta que estén doradas.
En pocos minutos tendrás unas deliciosas empanadillas que puedes comer tanto calientes como frías.
OBSERVACIONES
- Siempre puedes hacer la masa de manera casera pero para unas cuantas empanadillas la verdad es que comprarla hecha -además de fresca la hay congelada- te facilita muy mucho la labor. Igualmente puedes buscar directamente las obleas ya cortadas, te ahorrarías trabajo aunque salen un poco más caras.
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